martes, marzo 08, 2005

En algún lugar...

A Luis Barragan


I

Tomo prestados tus pies del olvido,
caminando mas allá del ser vivo,
camino y temo,
temo y camino.

Minotauro solitario,
recorro el laberinto de tu ensueño,
anfitrión del grito silencioso
del que anhela libertad.

Cruzo el umbral de tu legado,
invado el claustro de mi mente,
¿cuantos años he perdido
vagando entre la suerte?.


II

Tomo prestados tus ojos del olvido,
mirando mas allá del destino,
miro y temo,
temo y miro.

Sobre los muros que encierran respiros,
piedras de luz y de sombra,
se reflejan cansados
recuerdos consumidos de historia.

Losa que cubre al pensamiento,
mosaico multicolor,
asfixias – liberas
el alma de aquel soñador.


III

Tomo prestados tus oídos del olvido,
escuchando mas allá del canto divino,
escucho y temo,
temo y escucho.

En la cárcel al cielo abierta,
media cubierta de hierva,
canta orgullosa
la fuente de agua perpetua.

Los suaves rayos del sol,
participes de tu sudor,
se transforman
en notas de amarga entonación.


IV

Apátrida en ciudad natal,
lacónica fachada,
anónima presencia,
protector involuntario
de mis cansados rezos.

Admiro tu sentencia,
ilustre creador
de angustiante soledad,
antagonista inevitable
de leve susurro.

Adquiero tu valor
y tu coraje mismo,
encarnas en mis ideas,
provocas la metamorfosis
de mi posible futuro
muerto ya de antemano.




Texto: Inflamadorate una noche de 1999

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