No he podido evitar dar un vistazo atrás, husmear entre las pocas cosas físicas de mí pasado que aún guardo, recreando así los muchos recuerdos que moran en mi cabeza. En esta danza, me llegan carcajadas de las cosas chuscas y melancólicos parpadeos de lo emotivo, llegan a mis labios todos los sabores probados. No les otorgo valores cuantitativos o cualitativos, es inútil, solo los voy desmenuzando mesurado y consumiendo en desorden...
Y es en esta hojeada profunda como llego a mí primer poema. Escrito ya hace más de diez años, es una clara muestra de lo mucho que he cambiado. Lo leo, y sin previo aviso me da una bofetada, caigo de bruces. En verdad han existido demasiados momentos en los cuales he podido tomar rutas divergentes, pero por una u otra razón el camino andado es este, el que aquí se presenta desnudo, orgulloso...
rosas blancas...
Con tu retrato en mis manos
y rosas blancas a mi lado,
nace una sonrisa en mis labios.
Con tan solo la luz de la luna que me alumbra,
que permite ver las lagrimas sobre mis mejillas.
Con el viento soplando apurado,
acompañando las frases que mi boca pronunció.
¿Quién soy yo para penetrar
el dulce perfume de tu piel?.
¿Quién soy yo para compartir
los divinos misterios de tu ser?.
¿Quién soy yo para hundirte
en el obscuro espacio de mi soledad?.
¿Seré acaso un ladrón
que quiere robar tus pensamientos?.
¿Seré acaso un pequeño niño que teme perder
el calor que en tus brazos encontró?.
Con el cabello alborotado por la desesperación,
las rosas cayeron en mi habitación,
poco a poco se tiñen de rojo
de la sangre que el temor provocó.
Con mi cabeza dando vueltas,
volando por el cosmos infinito,
sucumbiendo en la mas espesa de las nieblas
donde solo puedo divisar tu rostro.
Con mis ideas totalmente revueltas
y mi vida completamente desecha,
el cerebro crea nuevas interrogantes.
¿Quién soy yo para unir dos almas
que se encuentran distantes?.
¿Quién soy yo para construir
una ciudad entera con tan solo cenizas?.
¿Quién soy yo para luchar
contra las mas grandes fuerzas?.
¿Seré acaso un guerrero que peleará
hasta exhalar el último aliento?.
¿Seré acaso un soñador que cree
que con pensar ganara mil batallas?.
Con las rodillas en el suelo,
con las manos pegadas,
con la cabeza inclinada,
imploro a Dios las respuestas.
Con los ojos nublados,
con el corazón en la mano,
con la sangre sobre mis labios,
solo podré decir que te amare eternamente.
Hoy, después de esta retrospectiva, me siento como este templo de la ciudad de México, cuando nació fue concebido como un espacio para adorar al Dios católico, después estuvo abandonado y moribundo durante un largo lapso, ahora ha resucitado y en sus entrañas guarda un museo...
Texto 1 y 3: Inflamadorate Junio 2005
Texto 2: Inflamadorate algún momento entre 1993 y 1995
Imagen: Inflamadorate Mayo 2005 
