Con costales a cuestas, retrasados y apurados, una pareja anda zigzagueante entre el tumulto de gente y los puestos formados en desorden...
Son aquel par, hombre y mujer sustento de una amplia familia de escasos recursos hacinada como muchas otras en algún edificio enfermo de los alrededores. Siguen su rutina casi al pie de la letra, de no ser por la hora tardía y unas amplias sonrisas en sus rostros, la escena no tendría diferencia de las tantas acumuladas día tras día...
La noche anterior, en un festejo, el hombre por primera vez peleó a puños defendiendo una causa absurda, con la furia acumulada durante años, golpeó y pateó hasta obtener la victoria y un poco mas allá, cansado y excitado miro a su hembra y terminó la velada follándosela salvajemente, con los ojos enardecidos, las manos hinchadas y sangrantes...
Por eso es que ahora están retrasados, son las once y apenas van en camino para poner el puesto donde venden mercancía de dudosa procedencia, pero ello no impide que al llegar al altar de la Santa Muerte, hagan una parada, ella deposita unas cuantas monedas en un plato, él prende un cigarrillo y lo deja en el cenicero, agradecen con esta ofrenda la suerte de la noche anterior...
Son aquel par, hombre y mujer sustento de una amplia familia de escasos recursos hacinada como muchas otras en algún edificio enfermo de los alrededores. Siguen su rutina casi al pie de la letra, de no ser por la hora tardía y unas amplias sonrisas en sus rostros, la escena no tendría diferencia de las tantas acumuladas día tras día...
La noche anterior, en un festejo, el hombre por primera vez peleó a puños defendiendo una causa absurda, con la furia acumulada durante años, golpeó y pateó hasta obtener la victoria y un poco mas allá, cansado y excitado miro a su hembra y terminó la velada follándosela salvajemente, con los ojos enardecidos, las manos hinchadas y sangrantes...
Por eso es que ahora están retrasados, son las once y apenas van en camino para poner el puesto donde venden mercancía de dudosa procedencia, pero ello no impide que al llegar al altar de la Santa Muerte, hagan una parada, ella deposita unas cuantas monedas en un plato, él prende un cigarrillo y lo deja en el cenicero, agradecen con esta ofrenda la suerte de la noche anterior...
Inflamadorate Abril 2006...
5 comentarios:
... lo que hoy es ofrenda, mañana puede ser luto, alguien mas lo hara y el caido sera este animal.
Regla de vida.
Saludos
El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra
Una imagen salvaje y alegre, en la que un desposeido recato algo que es mas importante que nada en este mundo, la dignidad a los ojos de su mujer.
Sin olvidar que no hay un lava conciencias más bueno que ese ídolo llamado la santa muerte. Aunque todos sabemos que esa realidad llamada muerte lava no sólo la conciencia sino hasta el pecado más atroz.
Es probable que así suceda en la vida camarada Enigma, pero en esta ocasión no hay de que preocuparse, tal vez en otra historia se me ocurra hacerlo caer...
Saludos...
Pues si Camarada Raistlin, esa es una buena perspectiva...
Saludos...
Anda camarada Danyel, se traslaparon comentarios. Divina la señora Muerte que no distingue diferencias...
Saludos...
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