Mientras te leo…

De mi boca a tu pezón existe una distancia absurda,
inútil, insustancial;
porqué mi boca desea morder tu pezón
y tu pezón quiere alojarse en mi boca,
cobijarse entre mis labios,
sentir el temblor de mi lengua húmeda,
oír nuestro aliento cargado con gemidos…

De mi boca a tu pezón se traza una línea ambiciosa,
excitada, eterna;
una raya marcada sobre el aire,
proyectada por mis dedos mojados,
empapados con la saliva de la boca apetecida,
contagian con ella tu pezón,
y lo endurecen, lo petrifican…

Me dices calla - contesto voy,
mi boca mata la distancia absurda,
consume la línea ambiciosa,
se apodera de tu pezón,
lo lame, lo besa, lo muerde…

Mis dedos en morbosa retirada,
zascandilean por el vientre en su viaje al sur,
con paso firme y tranquilo arriban a tu volátil entrepierna,
uno con el índice el punto frontal de tu vulva voraz
con el punto donde termina junto al ano,
marco una vírgula tenue, ligera…

Mientras la distancia absurda desaparece,
mientras mi boca devora tu pezón,
mientras mis dedos someten tu vulva,
mientras el llanto se asoma tímido en tu vagina,
yo, te escribo, te leo…




Texto e inagen: Inflamadorate una noche de Abril 2005