martes, julio 11, 2006

Retorno a casa...




Tienes ese aroma salaz que me seduce, en la saliva, en el temblor de tus nalgas, en tu risa...

Al enfrentarte intento no respirarte, pero es inútil, el aroma se transforma en imagen para entrar por las pupilas y someterme a su influencia...

Atrapado, me sumo a ti en un flujo de compases revoltosos que atracan en territorios inconexos desde donde debo retornar a casa...





Inflamadorate Julio 2006...

3 comentarios:

Clarice Baricco dijo...

...y el aroma del café te seduce y te atrapa en tu propia casa.

Dra. Kleine dijo...

Hay cosas que a uno lo hacen siempre sentirse apapachado, aun cuando se esté en casita. O no?

Inflamadorate dijo...

Clarice, también eso sucede, particularmente en las mañanas frías...




Doctora, existen esas cosas en casa, creo...