Una carroña...
Las flores del mal...
Charles Baudelaire....
(Para decirles: "¡Que bello es el mundo...!")
Recuerda, alma, el objeto que esta dulce mañana
de verano hemos contemplado:
al torcer de un sendero una carroña infame
en un cauce lleno de guijas,
con las piernas al aire, cual lúbrica mujer,
ardiente y sudando venenos,
abría descuidada y cínica su vientre
lleno todo de emanaciones.
Irradiaba sobre esta podredumbre el sol, como
para cocerla al punto justo,
y devolver el céntuplo a la Naturaleza;
lo que reunido ella juntaba;
y el cielo contemplaba la osamenta soberbia
lo mismo que una flor abrirse.
Tan fuerte era el hedor que creíste que fueras
sobre la hierba a desmayarte.
Los insectos zumbaban sobre ese vientre pútrido,
del que salían negras tropas
de larvas, que a lo largo de estos vivos jirones
-espeso líquido- fluían.
Todo igual que una ola subía y descendía
o se alzaba burbujeante;
diríase que el cuerpo, de un vago soplo hinchado,
multiplicándose vivía.
Prodigaba este mundo una música extraña,
cual viento y cual agua corriente,
o el grano que en su harnero con movimiento rítmico
un cribador mueve y agita.
Las formas se borraban y no era más que un sueño,
un bosquejo tardo en llegar,
en la tela olvidada, y que acaba el artista
únicamente de memoria.
Detrás de los roquedos una perra nerviosa
como irritada nos miraba,
esperando coger nuevamente el pedazo
del esqueleto que soltó.
-¡Y serás sin embargo igual que esta inmundicia,
igual que esta horrible infección,
tú, mi pasión y mi ángel, la estrella de mis ojos,
y el sol de mi naturaleza!
¡Sí! Así serás, oh reina de mis gracias, después
de los últimos sacramentos
cuando a enmohecerte vayas bajo hierbas y flores
en medio de las osamentas.
¡Entonces, oh mi hermosa, dirás a los gusanos
que a besos te devorarán,
que he guardado la esencia y la forma divina
de mis amores descompuestos!
de verano hemos contemplado:
al torcer de un sendero una carroña infame
en un cauce lleno de guijas,
con las piernas al aire, cual lúbrica mujer,
ardiente y sudando venenos,
abría descuidada y cínica su vientre
lleno todo de emanaciones.
Irradiaba sobre esta podredumbre el sol, como
para cocerla al punto justo,
y devolver el céntuplo a la Naturaleza;
lo que reunido ella juntaba;
y el cielo contemplaba la osamenta soberbia
lo mismo que una flor abrirse.
Tan fuerte era el hedor que creíste que fueras
sobre la hierba a desmayarte.
Los insectos zumbaban sobre ese vientre pútrido,
del que salían negras tropas
de larvas, que a lo largo de estos vivos jirones
-espeso líquido- fluían.
Todo igual que una ola subía y descendía
o se alzaba burbujeante;
diríase que el cuerpo, de un vago soplo hinchado,
multiplicándose vivía.
Prodigaba este mundo una música extraña,
cual viento y cual agua corriente,
o el grano que en su harnero con movimiento rítmico
un cribador mueve y agita.
Las formas se borraban y no era más que un sueño,
un bosquejo tardo en llegar,
en la tela olvidada, y que acaba el artista
únicamente de memoria.
Detrás de los roquedos una perra nerviosa
como irritada nos miraba,
esperando coger nuevamente el pedazo
del esqueleto que soltó.
-¡Y serás sin embargo igual que esta inmundicia,
igual que esta horrible infección,
tú, mi pasión y mi ángel, la estrella de mis ojos,
y el sol de mi naturaleza!
¡Sí! Así serás, oh reina de mis gracias, después
de los últimos sacramentos
cuando a enmohecerte vayas bajo hierbas y flores
en medio de las osamentas.
¡Entonces, oh mi hermosa, dirás a los gusanos
que a besos te devorarán,
que he guardado la esencia y la forma divina
de mis amores descompuestos!
Imagen: Inflamadorate Julio 2007...
Nota: Considero la parte en negritas y cursiva como una de las mejores metáforas que se han escrito...
Texto: Charles Baudelaire....
4 comentarios:
Hay, Charles... es Charles!!!!!!
Si, ese Charles tan Charles...
Sin lugar a dudas una gran selección... cómo dejar de señalar lo que vimos aquella tarde, imposible... saludos amigo.
Camarada Luis, un gusto el recuerdo con los camaradas y las doncellas...
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