Transmuto en el camino elipse, amplia ruta de nueve a nueve, con la hora de comida resumiéndose a dos terceras partes. Once punto veintidós minutos para terminar la reflexión matutina y sumergirme en la marea laboral; quince punto treinta y cinco para regresar a ella vestida con la tez morena que la noche le contagia...
Mentiría si dijera que es constante, muchas veces la elipse se deforma, Bosques, Santa Fe, Polanco; Ocho, Nueve, Diez. Reforma a la seis y en un atajo, a las siete punto dieciocho ya me revuelco en el capricho de la locura...
Con cuanto desenfado consumo las horas y los días, con cuanta impunidad divago entre ser y estar, alimentándome de los frutos prohibidos de la vida a la espera de los instantes en que el camino me transmute en el sillón, a las diez y media de un Sábado, tapado con la cobija de tus brazos y sanando con la saliva de tus besos...
Mentiría si dijera que es constante, muchas veces la elipse se deforma, Bosques, Santa Fe, Polanco; Ocho, Nueve, Diez. Reforma a la seis y en un atajo, a las siete punto dieciocho ya me revuelco en el capricho de la locura...
Con cuanto desenfado consumo las horas y los días, con cuanta impunidad divago entre ser y estar, alimentándome de los frutos prohibidos de la vida a la espera de los instantes en que el camino me transmute en el sillón, a las diez y media de un Sábado, tapado con la cobija de tus brazos y sanando con la saliva de tus besos...
Inflamadorate Marzo 2006...
2 comentarios:
hay abrazos y besos (aromas y roces) capaces de dejar huellas perdurables en la elipse de nuestra cotidianidad.
Vaya que si Nika, y son una fortuna...
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